La venta de vehículos acumuló un 78% de suba en el primer semestre 2025, pero el conjunto de la industria automotriz nacional está en reversa: el 60% de esos autos son importaciones. Además, los autopartistas nacionales denunciaron que, con el aval de Toto Caputo, las terminales automotrices los arman con cada vez más piezas procedentes de China.
“Tenemos autos que son un Frankenstein automotriz, con corazón asiático y con un futuro principalmente chino”, graficó en un comunicado la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC). Según la normativa del Mercosur, los autos armados en Argentina y en Brasil pueden contar con la certificación de origen con hasta 84% de partes fabricadas extrazona.
La denuncia es para las 13 terminales globales radicadas en Argentina, nucleadas en la Asociación de Fabricantes (ADEFA), a las que AFAC acusa de importar piezas chinas baratas, ensamblarlas en el país y hacerlas pasar por “origen Mercosur ” para no pagar el Arancel Externo Común (AEC) del 35%.
Las terminales globales se generan una competitividad imposible para cualquier industrial autopartista argentino. Y también les permite ser competitivos en las exportaciones a terceros países.
La exportación de vehículos desde Argentina hacia Latinoamérica creció un 13,6% el primer semestre de 2025. Las ventas a Colombia aumentaron el 23%. Igualmente Brasil se lleva el 80% de las exportaciones locales.
AFAC asegura que las terminales brasileñas también aprovechan las anomalías del Acuerdo de Complementación Económica (ACE) N°14 y reclaman una revisión de la normativa.
Autopartistas bajo la amenaza china
AFAC es presidida por Juan Cozzuol, de Industria Plástico y Metalúrgica Cozzuol, en la que se nuclean marcas como Gestamp, Metalsa, Mirgor, Lear, Yazaki, Montich, Dana, Taranto, Baterías Moura, Industrias Guidi o Acindar, actualmente frenada.
Ocupan a 75.000 personas en forma directa e involucra a 400 fabricantes, incluidos los del mercado de reposición, a los que China ya invadió, impulsada por la apertura comercial del ministro Caputo y el secretario Pablo Lavigne, quien tiene a su cargo el sector industrial en la administración libertaria.
AFAC asegura que “están trabajando con el gobierno”. Sin embargo, admiten también que la premisa libertaria es “sólo ocuparse de la macro y de políticas horizontales para la economía”. Es el mantra de Javier Milei: “No hacemos políticas sectoriales”.
Los autopartistas están denunciando a sus propios clientes, a las terminales globales, que por capacidad de compra y manejo del mercado, sostienen una relación siempre asimétrica. Pero el agua llegó a la puerta.
Fuentes del sector aseguran que los tres proyectos de modelos nuevos con radicación en Argentina: la camioneta Patagonia de VW, la Titano de Fiat y la Hiace de Toyota son todas ensambladas, casi sin contenido local.
“Hay riesgo inminente de desaparición de decenas de empresas autopartistas en Argentina y Brasil”, expresó AFAC.
En las bases de la burocracia hay funcionarios que “admiten que la industria automotriz nacional debería ser motivo de políticas específicas para el sector”.
El rubro genera el 8% del empleo industrial local. Argentina, por producción, está entre los primeros 30 países del mundo, Brasil ocupa el décimo lugar y China está en la cima.