El Papa Francisco, quien falleció este lunes 21 de abril a los 88 años, será despedido en una ceremonia que tendrá lugar el sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. El Pontífice, que vivió una vida de humildad y servicio, y que revolucionó muchos principios de la Iglesia Católica, también se encargó de modificar el rito funerario para los Papas.
El cuerpo de Francisco será trasladado el miércoles 23 de abril desde la capilla de Santa Marta donde vivía a la Basílica de San Pedro, donde se establecerá una capilla ardiente abierta al público durante tres días. Durante este periodo, los fieles podrán acercarse para rendir su último homenaje al Papa que será velado a cajón abierto.
La ceremonia de despedida será presidida por el Cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y se espera la asistencia de miles de personas, incluidos dignatarios internacionales, líderes religiosos y ciudadanos de todo el mundo. Javier Milei ya confirmó que viajará a Roma acompañado de una pequeña comitiva y lo mismo hizo Donald Trump.
El féretro será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor después del funeral en San Pedro, donde se realizará una misa de cuerpo presente. Durante los nueve días posteriores al fallecimiento, se celebrarán misas en memoria del Papa Francisco, cumpliendo con la tradición de luto del Vaticano.
Este funeral marcará el fin de una era para la Iglesia Católica, que perderá a un Pontífice que transformó muchas de las prácticas del Vaticano y luchó incansablemente por la justicia social, el diálogo interreligioso y la protección del medio ambiente.
Una ceremonia austera y el último deseo de Francisco
En línea con sus deseos, el ataúd será sencillo, de madera de ciprés, sin catafalcolo que permitirá a los fieles que se acerquen a dar el último adios. El Papa Francisco, que en vida mostró una preferencia por la modestia, solicitó que el funeral no tuviera grandes ostentaciones, reflejando su profunda creencia en la simplicidad y en los valores cristianos de humildad.
Así lo dispuso Bergoglio durante su mandato cuando él mismo impulsó cambios para los rituales funerarios los que preparó con el ceremoniero del Vaticano. “Y uno tiene que prepararse”, explicó en aquella oportunidad en una entrevista y explicó: “Lo simplificamos bastante”
“El ritual lo estreno yo”, comentó en tono jocoso con la periodista y confesó su último deseo: “Como siempre le prometí a la Virgen ya está preparado el lugar, quiero ser enterrado en Santa María Mayor. Porque es mi gran devoción. Siempre iba ahí los domingos a la mañana que estaba en Roma, me iba un rato allí… hay una ligazón muy grande”.