En la madrugada del 1º de octubre, aproximadamente a las 03:15, el buque motor “ROSA”, que navegaba desde el Puerto de Buenos Aires rumbo a Asunción con una carga de 2.628 toneladas de mercadería en contenedores, fue escenario de un incidente de inseguridad en el río Paraná.

Durante una ronda de guardia, el marinero Matías David Piñánez Servín detectó la presencia de intrusos a bordo. Al ser sorprendidos, los desconocidos se arrojaron al agua y huyeron en una lancha de colores rojo y amarillo, que estaba atada por la banda de estribor de la embarcación.

Tras verificar el estado del buque, la tripulación constató la desaparición de una motobomba y de otros objetos menores. Si bien no hubo heridos, el episodio despertó inquietud entre los marineros y volvió a exponer la vulnerabilidad de los buques durante la navegación nocturna.

El hecho fue comunicado por el baqueano Juan Fleitas al Centro de Control de Tráfico (L6G), lo que motivó la intervención inmediata de la Prefectura Naval Argentina (PNA) de San Nicolás, que además patrulló la zona sin lograr dar con la embarcación de los delincuentes. La información también fue confirmada por la gerencia de Naviship Paraguay S.A.

De acuerdo con especialistas en navegación, situaciones como esta no son aisladas. Señalan que la inseguridad fluvial es una problemática en expansión, con puntos críticos entre San Nicolás, Ramallo, Rosario y San Lorenzo, donde son frecuentes los intentos de robo, vandalismo y abordajes ilícitos.