La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) denunció que el Grupo Simpa, propietario de la planta de motos KTM de Campana, está desconociendo la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense, poniendo en riesgo el futuro de 50 familias. El conflicto se inició con el cierre abrupto de la fábrica, una decisión que el gremio vincula directamente a las políticas de apertura económica del gobierno nacional.
El problema comenzó cuando los trabajadores se encontraron con las puertas de la planta de Campana cerradas, sin previo aviso ni un procedimiento legal de prevención de crisis. Según la UOM, esta medida de la empresa demuestra un “total desprecio” hacia sus empleados.
El Grupo Simpa justificó la decisión alegando que se concentrará en la importación de motos ya armadas, una estrategia que, según los metalúrgicos, es alentada por la eliminación de aranceles del gobierno de Javier Milei en desmedro de la producción nacional.
La UOM se moviliza en defensa de los puestos de trabajo
Ante esta situación, el gremio actuó con rapidez, estableciendo una presencia en la portería de la fábrica para evitar que se retiraran materiales de valor y frustrar un posible vaciamiento. La UOM participó en las audiencias convocadas por la cartera laboral y exige que se cumpla la conciliación obligatoria, lo que implicaría la inmediata reincorporación de los trabajadores.
Un referente sindical de la seccional afirmó que «el Grupo Simpa pretende desconocer la ley y avanzar sobre los derechos de los trabajadores» y adelantó que «no vamos a permitir que se juegue con el futuro de 50 familias de Campana». Además, sostuvo que las medidas de fuerza se intensificarán si la empresa no revierte su decisión.
Cuestionamientos al silencio del Intendente
La UOM también cuestionó el silencio del intendente de Campana, Sebastián Abella. El gremio sostiene que el jefe comunal, quien es aliado político de Javier Milei y que, según denuncia la organización, tiene vínculos con el Grupo Simpa, no ha manifestado solidaridad con los trabajadores afectados. «Su silencio lo hace cómplice de esta situación que golpea a 50 familias», señalaron desde la UOM, poniendo sobre la mesa la dimensión política del conflicto.
Mientras el futuro de los trabajadores de Campana pende de un hilo, la incertidumbre también crece en la planta de Pilar, donde la producción se detuvo temporalmente. La UOM se mantiene firme en la puerta de la fábrica y en las negociaciones para evitar un cierre definitivo, argumentando que este caso es un reflejo de una crisis industrial más amplia en el país.
[FUENTE: Mundo Gremial]