Luego de que el intendente Marcelo Matzkin admitiera que fue él quien ordenó tapar el mural que pedía paz y denunciaba “genocidio” en Palestina, artistas autoconvocados publicaron un nuevo comunicado donde lo desmienten y lo tildan de “metiroso”.
COMUNICADO COMPLETO:
“Frente a las declaraciones falsas del Intendente Marcelo Matzkin”
En su reciente conferencia de prensa, el intendente Marcelo Matzkin admitió
públicamente haber dado la orden de tapar el mural por la paz en Palestina —así
como otras obras sobre adicciones y violencia de género— ubicado en la calle
Comercio.
Matzkin afirmó que el mural fue censurado porque la pared estaba destinada a un
supuesto “concurso artístico vinculado con el turismo” y que, tras haber conversado
con nosotros, incumplimos un acuerdo de no intervenir ese espacio.
Sin embargo, lo hizo amparándose en una versión falsa de los hechos, que no
coincide con lo que dijeron sus propios funcionarios ni con lo ocurrido en la reunión
que mantuvimos en el Municipio.
Eso es mentira.
En la reunión que tuvimos con el Secretario de Cultura, Julio Belando, y el asesor
Juan Noveli, nunca se mencionó ningún concurso de murales turísticos ni que esa
pared estuviera reservada para otro proyecto. Tampoco se nos pidió evitar pintarla.
Muy por el contrario: ambos funcionarios reconocieron el error, pidieron disculpas y
autorizaron verbalmente la realización de un nuevo mural de nuestro colectivo.
La propia concejal mileista Victoria Semería, en una sesión del Concejo Deliberante,
reconoció que el mural fue retirado porque “a algunos vecinos de religión judía les
había molestado”. Jamás habló de concursos ni de embellecimiento turístico.
A esto se suma que la pared en cuestión es propiedad privada, y su dueña nos
autorizó expresamente a pintarla, tal como consta en la carta firmada que ya
hicimos pública. El Municipio no consultó ni informó a los propietarios antes de
intervenir, vulnerando derechos básicos y actuando de manera arbitraria.
Estas contradicciones muestran una grave falta de transparencia y confirman lo que
denunciamos desde el primer día: lo ocurrido fue un acto de censura ideológica.
Tapar un mensaje que pide por la paz y denuncia un genocidio es una decisión
política, no un problema administrativo.
Reafirmamos que el arte no es propiedad del poder político de turno, que la libertad
de expresión no se negocia y que las mentiras no podrán tapar la verdad: el mural
fue censurado por su contenido.
La paz no se borra. Los murales no se manchan. El arte no se calla.
Artistas Autoconvocados de Zárate