Columna de Opinión: Por Eduardo Rivas

¿Secretario de Protección Ciudadana… o vendedor de alarmas?

A esta altura, Zárate ya no sorprende a nadie. Y mucho menos si hablamos de funcionarios que, en vez de proteger, parecen estar buscando nuevos negocios para subsistir. O para facturar un poco más, que nunca viene mal.
El caso de Juan Manuel Iglesias, titular de la Secretaría de Protección Ciudadana, es uno de esos que te hacen pensar: ‘¿En serio este tipo cobra más de siete palos por mes… para terminar vendiéndole alarmas a los vecinos como si fuera un viajante de los años ’80?’

Bueno, parece que sí. Así de insólito. Así de Zárate.

La escena fue más o menos así: reunión con vecinos del barrio COVEPAM 6 y de repente Iglesias tira la bomba: ‘Hay unas alarmas que deberían pagar ustedes, después del mantenimiento y el chip se encarga el Municipio.’ Junto a su fiel ladero Federico Doello, el funcionario que no aparece en ningún organigrama ni hay nombramiento oficial, pero que cobra como funcionario facturándole al Municipio… si al fin de cuentas lo importante no es lo que hace sino tener bajo el ala otro ‘periodista’.

Volviendo a las alarmas, ¿el chip lo paga el Municipio? ¡Qué generosos! Para todo lo demás, Mastercard. O el bolsillo del vecino.

Las alarmas que prometieron… y las que terminan cobrando

Ahora, si tenés memoria o simplemente te tomaste el trabajo de leer lo que el propio Municipio había publicado tiempo atrás, seguro este tema te suena raro. Porque ellos mismos dijeron -bien clarito, eh- que el sistema de alarmas vecinales era un beneficio para los contribuyentes. Así, textual.

Incluso dejaron por escrito esta frase tan linda, casi de folleto marketinero: ‘El sistema será un beneficio en equipamiento y servicio de monitoreo, entregándose a todos los vecinos contribuyentes de Zárate que no posean deudas mayores a 6 meses, mientras que los jubilados lo tendrán de manera totalmente gratuita.’

O sea… ¿en qué quedamos? ¿Era gratuito? ¿O era gratuito… pero ahora hay que pagarlo? ¿O Iglesias cobra lo que es gratuito?

¿Hay alarmas para unos y alarmas para otros?

¿Las gratis vienen con menos pitido?

¿Las pagas traen de regalo una linternita?

¿Iglesias le vende a los vecinos lo que el Municipio dice que le entrega gratuitamente?

La verdad es que ya ni ellos saben cómo sostener la farsa.

¿El Intendente Matzkin no sabe qué es lo que su Secretario de Protección Ciudadana habla con los vecinos? Si, lo sabe, ¿por qué no lo echó? ¿Es compartido el negocio?

 

El negocio del miedo: la alarma como excusa, el curro como objetivo

Acá no hay que hacerse el distraído. Todo esto no es nuevo. Ya habíamos visto cómo funcionaba el asunto: primero se inventa una política de ‘prevención’, después se arma un concurso de precios medio trucho, y por arte de magia termina ganando una empresa mendocina amiga del poder, que también casualmente trabaja para Godoy Cruz.¿Coincidencia? Por favor. Si algo no hay en Zárate son las coincidencias.

El mecanismo es siempre el mismo:

  • Se vende la idea de ‘más seguridad’.
  • Se ejecuta una licitación exprés, bien prolijita para que nadie pueda reclamar.
  • Se contrata a dedo a una empresa conocida.
  • El Municipio se llena la boca hablando de prevención.
  • Y los vecinos… bueno, los vecinos pagan.

Primero pagan con sus tasas e impuestos. Después, si quieren dormir tranquilos, pagan otra vez.

Porque en Zárate, como en esos restaurantes medio estafadores, la seguridad se cobra aparte.

 

El Concejo Deliberante: la escribanía del silencio

Y en esta historia de curros, pitidos y falsas promesas no podía faltar un clásico: el rol estelar del Concejo Deliberante. ¿Alguien ahí adentro preguntó algo?

¿Algún concejal se animó a levantar la mano y decir: ‘Che, ¿por qué estamos haciendo pagar alarmas a la gente si dijimos que eran gratuitas?’?

¿Hubo alguna comisión que pidiera informes? ¿Algún proyecto de comunicación? ¿Una mínima muestra de vergüenza institucional?

No.

Nada.

Silencio.

Y ese silencio es, en sí mismo, una forma de complicidad.

Porque en Zárate, los concejales saben perfectamente para qué están: para levantar la mano, hacerse los giles y, cuando todo explota, decir que no sabían nada.

No legislan.

No controlan.

No cuestionan.

Simplemente acompañan.

Y pasan por caja.

 

La inseguridad: negocio redondo para unos, problema eterno para otros

¿Querés saber la verdad? A esta altura, la inseguridad es el negocio perfecto. Mientras más miedo haya, más fácil es justificar compras, contrataciones, gastos, licitaciones, alarmas, sistemas, monitores, camionetas, cámaras…Y mientras más miedo haya, más fácil es convencer al vecino de que si quiere estar tranquilo, tiene que poner la mano en el bolsillo. Otra vez.

Es un negocio redondo.

El Municipio recauda.

Las empresas amigas facturan.

Los funcionarios siguen cobrando fortunas.

Y los vecinos… bueno, los vecinos siguen inseguros, pero con un pitido nuevo en la ventana que les recuerda que están solos.

 

¿Quién protege a quién? (Spoiler: no a vos)

Mientras Iglesias juega a vendedor de alarmas y el intendente Marcelo Matzkin se pasea por redes sociales haciendo de cuenta que gobierna Suiza, los zarateños siguen viviendo como pueden.

Con miedo. Con bronca. Con una alarma que no saben si los protege o si es simplemente otro curro pintado de prevención.

Y el Concejo Deliberante, calladito.

El intendente, mirando para otro lado.

El Secretario, pensando en su próxima reunión barrial para ver si logra vender otro par de alarmas.

Mientras tanto, la inseguridad sigue.

Las tasas se siguen pagando.

Las alarmas se siguen cobrando.

Y los negocios… bueno, los negocios siguen pitando.

¿Cómo es entonces? ¿Hay alarmas… y alarmas?

¿Cuáles son las alarmas que Iglesias dice que deberán pagar los vecinos? ¿Quién las provee?

Todo muy turbio.

Demasiado.

 

Final abierto

Lo triste no es solo que la seguridad en Zárate sea un negocio.

Lo triste es que los que deberían protegerte, en realidad, están haciendo caja.

Y los que deberían controlarlos, están aplaudiendo en silencio.

Y así estamos: inseguros, empobrecidos… y cada vez más convencidos de que, en este Distrito, el único que duerme tranquilo es el que hace negocios con tu miedo.